Sin rima, ni ritmo, ni métrica...

Sin rima, ni ritmo, ni métrica
yace hoy mi sonrisa cosida
para dejar de ser esa niña
y convertirme en una mujer ida.

Entre paredes escuchaba tus palabras
me quedaba sin habla, mientras me dejabas,
mientras toda esperanza se disipaba.

Desvanecida, tumbada en mi cama
descansa mi alma, esa que te ama.
Se quedará allí estirada, enbobada,
pensando en nuestra historia
ya terminada.

Podría haberme incluso rendido
lástima que ya hayas partido,
y en mi estómago permanente vacio
donde perdurará para siempre el dolor
porque tu ya te has ido.

¿Dónde está la felicidad?
esa iza que llega y se va.
En cada uno de tus besos,
esos que daban la vida,
esos que ahora crean mis versos.
Allí estaba y se quedará

Odioso destino que de ella me alejará
junto contigo cariño, tu: mi felicidad.

La gente nos mirará, preguntarán,
presas lógicas de la curiosidad.
Preguntas sin respuesta hallarán,
pues mi amor, mi vida, mi cielo:
sin ti, mi alma enamorada,
poco a poco desaparecerá.

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